Copito, El Gato con Botas

A Copito, el arte le parte… la siesta

Érase una vez un gato féliz. Este gato vivía ignorante de las cosas profundas de la vida, como esos dilemas de "¿Quiénes somos?" o "¿A dónde vamos?" Al fin y al cabo son estas cuestiones de humanos, y no de gatos. Para el gato la vida es sencilla, sin muchas complicaciones; somos gatos y vamos a dónde nos apetece o nos lleve nuestro olfato.

Ultimamente la vida de este gato feliz se había visto alterada por diversos acontecimientos de humanos, de esos que sólo les preocupa a ellos.

Él ya se había percatado de que su gata estaba siendo más humana que gata, porque andaba enfrascada en sí misma, meditando temas extraños y dejándole de proporcionar las atenciones y carantoñas obligatorias.

Normalmente él entendía muy bien lo que ella decía… "Toma Copi…", "ven Copi",  "eso no, Copi"… expresiones sencillas, pero suficientes para cubrir sus necesidades. Pero ahora sus palabras eran ininteligibles para él.

Ella le hablaba del "arte" y de otros temas que a él se le antojaban complicados. Sobre todo porque ocupan tiempo y mucho esfuerzo.

Lo que es arte Copito lo buscó en la wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Arte

Pero después de leerlo detenidamente, siguió sin entenderlo muy bien y mucho menos porqué su gata le estaba descuidando de esa manera.

Como conclusión, Copito decidió escribirle unas letras que le dejó como ultimátum en el teclado del ordenador:

Para todos aquellos que os haya picado la curiosidad, os dejo un link donde podeís ver lo que tan entretenida ha tenido a mi gata: www.antoniaguerra.es

Todas las noches, cuando los "gatos gordos" se reúnen en torno a sus cuencos para cenar su pienso, yo me acerco por ahí a ver que cae.

Está claro que comemos diferente marca de pienso, mi olfato nunca me engaña. Me pregunto porque el suyo huele mucho mejor que el mío.

El pienso de los "gatos gordos"  a veces huele a carne, otras veces a gambas o a aceitunas. Mi pienso huele a pavo o a pollo y siempre sabe igual.

¡Y es que su pienso parece tan apetitoso!

No me puedo resistir. A la hora de la cena, cuando veo que "mi gata" está distraida, salto a su regazo y le intento robar algo.

El "gran gato" siempre está vigilante y con su voz de trueno me advierte -"¡No! ¡Copi! ¡Deja eso!- 

¡Pero es que huele tan bien!

Alguna vez he conseguido una gamba, o un trocito de fiambre. ¡Bocados deliciosos del cielo!

Uno de estos días me armaré de valor y hablaré de tú a tú sobre este tema al "gran gato". ¡Ya está bien de que ellos tengan la marca rica de pienso! ¡Ya va siendo hora de cambiar los sacos!

Lo primero de todo ¡Feliz 2010!

Yo he entrado en el Nuevo Año con muy buena zarpa. Después de unas estupendas vacaciones navideñas en casa de los "gato-abuelos" me siento plenamente renovado. He tenido mimos a mogollón, el cuenco de mi comida siempre lleno y todo un sofá para mi solito.

Es típico del principio de año hacer propósitos de Año Nuevo y yo he estado meditando los míos.

• Reivindicar, como en casa de los gato-abuelos, todo el sofá para mi solito. ¡Se acabó compartirlo con los gatos gordos! ¡Qué están muy gordos y abultan mucho!
• El cuenco de la comida siempre lleno. ¡A rebosar! Nada de medir la comida para que no gane peso. Ya lo decía el oso Yogi: "El gato y el oso cuanto más gordo más hermoso".
• Caricias y mimos a tutiplen. No es suficiente con que los gatos gordos me soben 12 horas al día. Exijo un 24 x 7. Si es necesario que establezcan turnos o que venga la gata-abuela, que tampoco lo hace mal.
• Visita diaria con juguete al cesto-cama de los gatos gordos. Si es necesario que pongan el despertador una hora antes. Pero tienen que jugar conmigo antes de irse a trabajar.
• Dar un paso más en mi liderazgo de la manada. He observado que lo grande que seas y el bozarrón del gato-gordo son fundamentales para este paso. Lo primero no es problema con el propósito "cuenco siempre lleno". Lo segundo es cuestión de practicar mi maullido y hacer gárgaras.

Creo que para este año 2010 ya son bastantes propósitos…

¿Créeis que conseguiré hacer alguno realidad?

Resulta que el padre de la grandota es de un pueblo muy pequeño de la sierra de La Alpujarra, en Granada, y llevaba muchos, muchos años sin volver allí. Y como siempre estaba quejándose porque llevaba tanto sin ir a su pueblo, el grandote (que nunca había estado por allí y tenía ganas de conocer la zona) cogió dos billetes de avión y se fueron los dos a Granada.

Primero fueron a su pueblo, y vieron muchas cosas. Pero de todo lo que me han enseñado, me quedo con la foto que te paso del primo lejano de Tiger (aunque un poco gordito…) en esa puerta roja de una casa del pueblo (blanquita como todas las de allí).

Me han dicho que el pueblo estaba lleno de gatos, y que en muchas casas entraban y salían los gatos sin problema, no estaban como en tu casa o en la nuestra que estamos todo el día sin salir de casa! 

Al día siguiente fueron a La Alhambra, y aparte de lo bonito que debe ser eso, se quedaron muy extrañados del movimiento copitil que tiene ocupada La Alhambra.

Ya decía yo que por algo tenía que ser tan famosa! Me cuentan que hay muchos gatos paseando por los jardines y monumentos, con total tranquilidad, como si estuvieran en el pisito de Barakaldo…

Te paso unas fotos para que veas que es cierto. Además no se asustan de la gente, todo lo contrario, ya que la gente en general les trata con mucho cariño y los felinos parecen estar muy acostumbrados a los turistas.

Beben en los estanques, pasean por los jardines… Vistas las fotos parece que nuestro amigo Ambu tiene familia por allí, como el padre de la grandota!

Si es que los adeptos al copitismo lo estamos conquistando todo, hasta los monumentos artísticos! 🙂

 

¡Querida Muxu! ¡Nosotros los adeptos al copitismo sí somos un monumento artístico!

Puesto que los nuevos superfichajes del Real Madrid no parecen ser suficientes para hacer despegar al equipo "megagaláctico", desde aquí les proponemos una nueva incorporación al once inicial.

¡Con todos vosotros Copitinho! ¡El nuevo crack del balón!

Aquí os dejamos una pequeña muestra de su innegable calidad.