Estoy muy triste. Este fin de semana he recibido una mala noticia. Mi hermano del alma, mi querido gemelo Copito de Barakaldo ya no está con nosotros.
Ha sido algo repentino e inexperado.
Recibir esta noticia me ha entristecido enormemente. Siento que me falta un trocito de mi corazón.
Todos hemos disfrutado con sus aventuras y las de su pandilla, los seguidores del copitismo. Disfrutamos de sus juegos en la huerta de La Rioja y de los reportes de sus horas de vigilancia en la cestita-observatorio del pisito de Baralkaldo.
Él era mi hermano querido, mi gemelo. No sólo compartíamos nuestro parecido físico, sino también nuestro carácter, tranquilo y bonachón.
Los grandotes de Barakaldo han pensado que mi hermano debería estar en la huerta de La Rioja, junto con Lodi, su primera gatita. Allí, uno de los sitios que más le gustaba, dónde excavó tantos hoyos, cazó pájaros, capitaneaba a toda la pandilla en la inspección diaria y se subió a tantos árboles como pudo.
Quiero dejar como recuerdo sus últimas fotos, las que le sacaron esa misma tarde disfrutando de la huerta.
Éste no es sólo mi territorio virtual. También lo es de mi gemelo. Tú siempre tendrás tu rinconcito dentro de él.
Te echaré mucho de menos mi querido gemelo, Copito de Barakaldo.