…Bueno, y no soy el único…
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…y otras veo luces….
octubre 10th, 2006En ocasiones oigo voces
octubre 10th, 2006
En ocasiones oigo voces; bueno, más bien oigo "LA VOZ".
Yo estoy a "mis asuntos", entretenido, cotilleando, investigando… que si mira esa cosa que brilla, que si aquella otra que seguro hace un ruido interesante al caer, que si este montón de folios para tirar al suelo…
Y cuando más ensimismado estoy, oigo un tronar en la casa; es grave, profundo, estremecedor… Siento como todas mis funciones vitales se paralizan; me quedo congelado, anonadado, sin capacidad de reacción.
Es "LA VOZ": "¡EEEEEEHHHHHH!¡NOOOOOOOOO!".
Un gran temor se apodera de mí. ¿Será la voz de dios? Me quedo quieto; "Él" sabe que estoy haciendo "algo malo", alguna travesura. Es el "ojo que todo lo ve".
Pero, por alguna extraña razón no puedo evitar volver a intentarlo ¿Por qué siento esa necesidad de repetir mis travesuras? Sé que "LA VOZ" me va a asustar, pero el impulso es más fuerte que mi fuerza de voluntad gatuna.
Y es entonces cuando llega el jucio final, el armagedon…
"¡NOOOO COPI!¡ESO NO!"
…una gran sombra que se acerca… ¡Patitas! ¡Para qué os quiero! ¡Qué pequeña es la casa cuando quiero huir!
Definitivamente dios existe y tiene una voz tronante y amenazadora.
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¡Qué duro es mantener mi blog!
octubre 8th, 2006
Todo el día y la noche ocupado, bien en dormir bien en jugar y al final de mi dura jornada tengo que sacar un ratillo para manteneros al tanto de mis andanzas…
La vida de un gato es muy estresante… Menos las de los dos gatos que viven conmigo. ¡Seguro que en la habitación esa extraña en la que están todo el día se lo pasan pipa!
Los domingos son para descansar
octubre 8th, 2006
Soy un alma sensible
octubre 3rd, 2006
A los gatos no nos gustan los extraños. Y a mi especialmente menos.
Desde que oigo el timbre de la calle, no hay metros en la casa que no recorra buscando donde ocultarme.
Antes me escondía debajo de la cama, entre dos colchones, pero desde que lo cambiaron, y yo estoy más grande, ya no quepo. Así que como sitio alternativo me escondo debajo de la mesilla de noche, en la misma habitación. Y ahí me quedo, hasta que no quedan moros en la costa, o a mi me lo parece… Que a veces salgo y me tengo que volver a esconder rapidamente.
Y es que yo soy muy sensible… Las cosas nuevas me gustan poco y la gente nueva menos todavía.