Amigos, el ambiente destila amor… y no es por la cercanía de San Valentín a quien, como gato radikal y alternativo, no profeso ni mucha devoción ni mucha simpatía.
No amigos… Tampoco es la cercanía de la primavera, con sus ritos de renovación de las especie.
Amados "copitos"… en la atmósfera flota la fragancia del romanticismo porque, una vez más, ha triunfado el amor.
He recibido una invitación formal al gran evento, al enlace del siglo, que ya les hubiera gustado los príncipes herederos de España, contraer matrimonio en tan singular día y rodeados de tan ilustres comensales.
Estoy seguro que los protagonistas me dan su venia para extender la invitación de tan feliz acontecimiento, a todos mis lectores, amigos y familiares.
Pasaros por el territorio virtual de los afortunados para formalizar vuestra invitación y obtener más información.
¡Ay! Creo que por debajo de este pelaje de gato inconformista, se esconde un romántico empedernido.