«Copito» por la «gata-abuela»

febrero 9th, 2009

Mi "gata-abuela" colabora como escritora en una revista del pueblo, San Lorenzo de El Escorial, y uno de estos días se le ocurrió escribirme una historia.

A mi me ha hecho mucha ilusión, pero yo creo que menos que a "mi gata".

Como buena escritora se ha permitido alguna que otra licencia literaria… Porque aunque sí recuerdo algún accidente con su sofá, como más adelante se menciona, no es así con la escoba.

¡Espero que os guste! 

Ana y su novio han decidido interrumpir su noviazgo y darse un respiro. Para no sentirse sola ha decidido adoptar un gato.

…"Y el día de San Antonio Abad, patrón de todos los animales lo llevaré a la procesión con un lacito rojo, para que lo bendiga el Párroco".-dice sentada frente al ordenador-.

Por Internet conecta con una Asociación que se ocupa de animales abandonados. En esta Asociación se muestran fotografías de diferentes gatos y queda prendada de uno que se llama Copito. En su ficha consta: Gato común europeo blanco, boina negra, nariz y rabo negros, seis meses, abandonado en un solar. Lugar de recogida: Perrera Municipal de San Lorenzo de El Escorial. A su ingreso presenta desnutrición, contusiones y una herida en la pata derecha.

Ana se pone en contacto ocn ellos y le dan cita para el día siguiente. Cuando llega, la recibe el veterinario que manda traer el gato a un empleado del Centro.

"Bueno, pues aquí está Copito, en cuanto engorde un poco será precioso".

El pobre gato solo tenía pellejo y apenas si podía ponerse en pie. El veterinario, pone a Copito sobre el hombro de Ana; el gato la huele, se acurruca en su cuello y ronronea, era la señal de que la aceptaba como su ama.

"Bien, pues solo tiene que responder a unas preguntas y mañana se lo puede llevar", -dice sonriendo el veterinario. Ana sube al pueblo y en la tienda de Segundo ocmpra un transporte de gato, la camita, el comedero, unos juguetes y comida especial para gatos con poco peso. Y al día siguiente, firma un montón de papeles, coge a Copito y le da su primer paseo en coche.

A los cuatro meses de la llegada de Copito, Ana tuvo que ir quince días a Barcelona y entonces llevó al gato a una "guardería". A su regreso lo recogió, pero estaba más delgado y muy triste; su veterinario diagnosticó anemia y depresión. Por lo que decidió que Copito no volvería a una guardería.

Pasaron un par de meses y le salió otro viaje por motivos de trabajo. Fue entonces cuando pensó en mí para cuidar al gato. En unas horas mi casa se llenó con los bártulos de Copito. Me dio las instrucciones pertinentes y me deja muy sorprendida cuando me dice:"-Copito es tranquilo, si hace alguna trastada, le señalas lo que ha hecho diciéndole:¡Eso no se hace, no se hace!".

Todo fue bien hasta que un día me dejé la puerta del salón abierta-"¡Ah, mi sofá de nudosde mil doscientos euros!"-grité llevándome las manos a la cabeza. De los brazos del sofá colgaban los hilos como si fueran espaguetis. Sin pensarlo me fui por la escoba le di "suavemente" dos pequeños escobazos, y le dije:"¡Esto no se hace Copito, esto no se hace, y cuando venga tu ama se lo cuentas!".

Nuevos inquilinos en el tejado

enero 28th, 2009

Hace tiempo que vengo observando un cambio en las aves que circundan mi territorio.

Ya sabéis que una de mis grandes responsabilidades diarias es el cuidado y vigilancia de los alrededores de mi territorio. Por supuesto esto incluye puertas de entrada, ventanas y, como no, tejados y zonas de cielo que sean visibles desde la posición en la que esté.

Hace tiempo que, producto de mis numerosas observaciones, elaboré un completo censo aviar, concretamente de palomas. Pero, hete aquí que, el flujo poblacional de estas aves ha cambiado drásticamente, sobre todo desde que se cerraron los accesos a los trasteros que hay cerca de mi hogar.

En consecuencia mi censo aviar ha cambiado drásticamente, no sólo en número de palomas sino también en especies de pájaros, lo cual ha resultado ser mucho más gratificamente para mis horas de observación. Y es que de todos es sabido que en la variedad está el gusto.

Pájaro en el tejado nevado 

Con las nieves llegó este tierno pajarillo. Que gusto me dió verlo desde mi parapeto calentito. La emoción aquel día fue doble, porque también es la primera vez que ví nevar, (parece ser que en Madrid esto no es muy habitual).

Pájaro en la lluvia 

Con la lluvia llegó el pájaro con el pico naranja. El "gran gato", en su gran sabiduría, echó unas migajas de pan en el tejado para entretenerlo y que yo lo pudiese observar mejor.

Pájaro come el pan 

Por supuesto se ha corrido la voz en los alrededores, y ahora puedo observar también otros pájaros muy interesantes.

Dos pájaros 

Aquí tuve que parpadear varias veces, porque por un momento pensé que veía doble.

Pájaro y nube 

Y cuando se fué la nieve volvió el pajarillo blanco y negro. Ese día no había pan. Pero él se quedó un rato igualmente. Debe de ser que las vistas le han gustado.

Hace un frío que pela, pero yo no me quemo el culete

enero 17th, 2009
Copito no pasa frío
Copito soñando con lindos pajaritos

En Madrid hace un frío que pela, y no es propio de la inteligencia gatuna estar helado. Así que cuando el frío aprieta, nuestro "sensor de comodidad" busca inmediatamente el lugar más apropiado a la temperatura que corresponda.

Aunque los gatos somos perfectos, también estamos sujetos a despistes; y es que cuando elegimos una zona cuyo grado de temperatura es variable, esto nos desorienta un poco. Porque a veces, la temperatura no es la que nuestro sensor tenía "archivado" y los efectos colaterales asociados suelen ser bastante desagradables.

Me explico… Percibo el calorcito emanar del radiador… La idea de una siesta deliciosa y calentita recorre todo mi cuerpo gatuno. ¿Quién se puede resistir a semejante tentación? Un ágil saltito y ya estoy encima… Y entonces es cuando me llevo una desagradable sorpresa. La temperatura esperada no es la correcta y mi lindo culito sufre un quemazón.

¡Mi siesta arruinada!

Menos mal que el "gran gato" en su infinita sabiduría, observó mis tribulaciones. Y vigilando que mi descanso no se vea afectado, rapidamente ideo un sistema de aislamiento para mis nobles posaderas.

He considerado pues, que semejante obra de ingeniería merece una mención. Pues desde que el "gran gato" aisló parte del radiador, ninguno de mis lindos sueños de ha visto alterado.

 

Mil «copitos» han vuelto al hogar

enero 10th, 2009

¡Hola amigos!

Después de unas merecidas vacaciones navideñas en casa de mis "gato-abuelos", por fin vuelvo a mi hogar. Y mira tú por donde que me encuentro con que mi territorio ha sido ocupado por miles de copitos.

¡Sí amigos! ¡Miles de "copitos" suplantadores han invadido, no sólo mi hogar, sino también sus alrededores!

Y si no me creéis aquí os dejo la prueba… ¡Hasta los tejados de alrededor han sido invadidos!

Miles de copitos de nieve

Miles de copitos de nieve en movimiento

Trinity recuperada

enero 9th, 2009

Pues sí amigos… Como todavía sigo en casa de los "gato-abuelos", puedo seguir más de cerca la evolución de mi querida prima.

Su mami le ha contado a "mi gata" que ya come y bebe por sí sola; y ya ronda por el patio porque se quiere ir a dar una vuelta. Su mami no la deja porque, aparte que hace un frío que pela en el pueblo (El Escorial), tiene un par de heridas que se le han producido de tantas inyecciones que le han puesto a la pobrecilla. Aparte tiene unas cuantas calvas que su mami le está curando con una pomada especial que le ha dado la veterinaria.

Naturalmente mi prima, como es muy coqueta, no permite que nadie la vea… Aunque cuando le viene la "llamada del patio", no hay coquetería ni malestar que pueda con ella. Y es que mi prima a veces es más bruta que un arado… Es lo que tiene ser gato con estirpe callejera.