Este sábado me han llevado al Veterinario de la calle Trafalgar. Me tocaban las vacunas y la revisión anual.
No me gusta nada ir, porque me sacan de mi territorio, me meten en "una caja" y me llevan de paseo a un sitio raro… luego una extraña con bata me saca de la caja, me pone sobre una superficie helada a la que no me puedo enganchar, y dónde no tengo donde esconderme.
La extraña reconozco que es amable, pone mucho cuidado mientras me revisa, me ausculta… incluso la vacuna no es dolorosa porque pilla bien mi pellejito… pero es que eso de que me toque un extraño es demasiado para mi.
Y aunque yo temblequeo como una hoja, "mi gata" y el "gran gato" están tan contentos… porque dice la extraña con bata que no sólo soy guapo y bueno, sino que estoy perfecto, como un pincel… con un peso ideal y una salud estupenda.
Esto del peso me recuerda el último comentario de mi gemelo, Copito de Barakaldo. Espero que el "gordote" de Ambulancio esté mejor y no lleve muy mal la dieta que le han puesto. ¡Si es que no se puede estar tan gordo copito mío, que es malo para nosotros!