Llevo un par de días que "me duelen las muelas". El que hasta ahora era sabroso pienso, me parece pedrusco en mis delicadas mandibulitas.
Debido a esto los mecanismos automáticos (sobeteo y ronroneo a los gatos gordos) por los cuales el pienso se regeneraba automáticamente, no han sido necesarios.
Curiosamente esto ha captado la atención de los gatos gordos que no hacen más que observarme e intentar mirarme mis dientecitos.
¡Serán cotillas! ¡Yo a ellos no les miro en el interior de su morro! ¡Cómo mucho les olisqueo! Reconozco que establezco una distancia irrespetuosamente mínima, casi incumpliendo las libertades personales, pero vamos, de ahí a meter la zarpa en sus dientes va un abismo.
Yo, que soy muy forofo del doctor House, me pregunto que diagnóstico daría a mi dolencia. Dudo entre "lupus" o "sarcoidosis", que deben ser enfermedades muy comunes entre los humanos, porque todos sus pacientes sufren de la mismas.
Naturalmente el doctor House no es veterinario; si no seguro que rápido me recetaba una pastilla de esas que a él le hacen tan feliz.
Por ahora me conformo con la prescripción que me han recetado los gatos gordos. Comida blandita y pienso ligeramente mojado. Estaría encantado y con dolor de muelas toda mi vida, si este fuera el remedio; pero "mi gata" lo fastidia lavándome la boca con un "agua" que sabe a rayos.
Y mientras me intento escabullir de semejante tortura no hace más que repetirme: "Aguanta Copi, no seas malo; que esta lavadura es buena, que nos lo ha dicho el veterinario".