Era inevitable… Después de las sabrosas vacaciones navideñas, vuelta a la cruda realidad…
Otra vez las mismas rutinas mañaneras: el madrugón con mi gata, jugar en la cama con el gran gato, las carrerillas por el pasillo… Otra vez las mismas siestas, estiramientos, comer, beber… ¡Qué estressss! ¡No estoy preparado para volver a asumir mis responsabilidades!
Atrás quedan esos felices días de vagueo lánguido en casa de los gatoabuelos…
Es lo que hay Copito… No queda más remedio que acostumbrarse de nuevo.
Por cierto, ¿qué te dejaron los Reyes al final?
Ronroneos,
Luna y Zeus
Así el la vida, a Lulú le pasa lo mismo la vuelta de Almería la trastoca del todo lleva durmiendo tres días casi seguidos.
Saludos de Antuan y Lú
Ni modo tocayo a empezar el año con menos flojera jaja, para que te animes un poco pasad a recoger tu obsequio a nuestro blog 😉
¡Abrazo!
Yo también tengo síndrome postvacacional!
¿Por qué serán tan cortas las navidades?