¡Ay!
Es tan fascinante este bosque encantado de mangas y pantalones; de suaves texturas como nubes de algodón; de zapatos con olores "aquesados" que perfuman tan reducido ambiente… que me ha costado un esfuerzo "sobregatuno" salir y cumplir con mi deber de "miauezcritor" y funciones diversas de gato.
Pues, ¿Qué gato de Dios puede resistirse a tan tentador habitáculo?
Desde el final del pasillo veo al fondo la puerta sagrada que conduce a ese mundo mágico, paraíso de los gatos.
No sé si existe el cielo gatuno, pero así como lloró Antonio Burgos a Adriano y lo imaginó yéndose a su nubecita, creo yo que mi colega callejero habita una nube con forma de armario ropero, lleno abrigos, faldas y sombreros.
En su interior hay todo un mundo de fantasía, placer e imaginación para los gatos. ¿Por qué no entran los dos gatos gordos dentro?
Es más ¿Por qué habitan? No me entra en mi pequeña cabeza gatuna…
Desde el primer día que llegué, aquella puerta cerrada fue para mí una tentación irresistible.
Los dos gatos gordos la sabían abrir, y aún así no entraban, tontos de ellos, ¿para que efectuaban los movimientos mágicos si no pensaban penetrar en el mundo prohibido? Yo aprovechaba en un descuido para saltar dentro; si tú "Gran Gato" no lo quieres disfrutar, no me prives a mi de la gozosa experiencia.
Sin embargo estos instantes me parecían demasiado breves, como estrellas fugaces a las que no te da tiempo pedir un deseo; el armario es una droga dura, adictiva y yo quería más.
Mis lloros y lamentos no conmovían a estos dos gatos desalmados, conocedores del secreto de apertura, que seguro es milenario. Así que decidí luchar por conocerlo, observando sus movimientos, sus posturas y orientaciones al cielo… esperando pacientemente hasta averiguar la combinación correcta de los pases mágicos.
De esta forma, llegó el gran día; el día del "Abrete Sésamo"… Al principio mi técnica no era muy depurada. Necesitaba coger carrerilla desde el final del pasillo y chocar contra la puerta…Perseverando con insistente cabezonería, conseguí una magia limitada, una pequeña apertura… Pero lo suficiente para acceder al interior.
Poco a poco, depurando la técnica, la apertura completa fue mía… Y con ella la felicidad completa. Es más, creo que el aprendiz supero a los maestros…
Y cuando ya creía que mi felicidad y satisfacción era completa…
EXISTEN OTRAS PUERTAS…
¡Ay!
Es tan fascinante este bosque encantado de mangas y pantalones; de suaves texturas como nubes de algodón; de zapatos con olores "aquesados" que perfuman tan reducido ambiente… que me ha costado un esfuerzo "sobregatuno" salir y cumplir con mi deber de "miauezcritor" y funciones diversas de gato.
Pues, ¿Qué gato de Dios puede resistirse a tan tentador habitáculo?
Desde el final del pasillo veo al fondo la puerta sagrada que conduce a ese mundo mágico, paraíso de los gatos.
No sé si existe el cielo gatuno, pero así como lloró Antonio Burgos a Adriano y lo imaginó yéndose a su nubecita, creo yo que mi colega callejero habita una nube con forma de armario ropero, lleno abrigos, faldas y sombreros.
En su interior hay todo un mundo de fantasía, placer e imaginación para los gatos. ¿Por qué no entran los dos gatos gordos dentro?
Es más ¿Por qué habitan? No me entra en mi pequeña cabeza gatuna…
Desde el primer día que llegué, aquella puerta cerrada fue para mí una tentación irresistible.
Los dos gatos gordos la sabían abrir, y aún así no entraban, tontos de ellos, ¿para que efectuaban los movimientos mágicos si no pensaban penetrar en el mundo prohibido? Yo aprovechaba en un descuido para saltar dentro; si tú "Gran Gato" no lo quieres disfrutar, no me prives a mi de la gozosa experiencia.
Sin embargo estos instantes me parecían demasiado breves, como estrellas fugaces a las que no te da tiempo pedir un deseo; el armario es una droga dura, adictiva y yo quería más.
Mis lloros y lamentos no conmovían a estos dos gatos desalmados, conocedores del secreto de apertura, que seguro es milenario. Así que decidí luchar por conocerlo, observando sus movimientos, sus posturas y orientaciones al cielo… esperando pacientemente hasta averiguar la combinación correcta de los pases mágicos.
De esta forma, llegó el gran día; el día del "Abrete Sésamo"… Al principio mi técnica no era muy depurada. Necesitaba coger carrerilla desde el final del pasillo y chocar contra la puerta…Perseverando con insistente cabezonería, conseguí una magia limitada, una pequeña apertura… Pero lo suficiente para acceder al interior.
Poco a poco, depurando la técnica, la apertura completa fue mía… Y con ella la felicidad completa. Es más, creo que el aprendiz supero a los maestros…
Y cuando ya creía que mi felicidad y satisfacción era completa…
EXISTEN OTRAS PUERTAS…
No es por ofender, pero… ¿Qué puto sentido tiene hacerle un blog a un gato? Si ya tiene poco sentido que una persona escriba su vida en internet… ¿La de un gato? ¿Esto es coña? ¿Es una especie de chiste? ¿El LSD destroza tanto el cerebro?
La vida es absurda…
¡¡Un burro volador tocando la trompeta!!
Hola Miguel (o "burro volador tocando la trompeta"…, aquí te llamaremos como tú quieras):
Nos, los gatos, no son sentimos ofendidos por tus comentarios… quede esto para tu tranquilidad.
Nos, los gatos, respetamos tu opinión y tus creencias, puesto que somos fervientes defensores de la libertad de expresión, el uso libre de internet y además no somos nada intransigentes.
Nos, los gatos, creemos que todo en esta vida tiene sentido, para nada es absurda, mientras la intención sea la de hacer pasar un buen rato, divertirse y hacer que los demás también se diviertan.
Nos los gatos no nos drogamos; no tomamos LSD, ni coca, ni anfetas, ni nada parecido; tenemos tanta capacidad creativa y tantas ganas de pasarlo bien, que nuestras endorfinas naturales nos bastan.
Nos, los gatos te animamos e invitamos a que visites los miles de blogs que pululan por internet, ya sea de perros, gatos, abuelos, conejos, diarios personales, viajes, dominios, trucos, cocina… estamos seguros que pasaras un buen rato; seguro que aprendes cosas interesantes y alguno, esperamos, llegará a satisfacer tus anhelos intelectuales.
Recibe un saludo y un ronroneo afectuoso, "burro volador tocando la trompeta"; aquí siempre serás bienvenido.
Gracias por tu aportación.
Nota importante: Esto no es un chiste.
Miguel las buenas personas se reconocen cuando tienen un animal al lado(gato,perro,loro etc) son las de sentimientos mas puro.
Que secreto descubristes, tengo una gata que mi novia y yo rescatamos de la calle y nos ha traido mucha suerte y algunos secretos que poco a poco los estamos investigando.
Gracias.
Si nos escribes favor poner en remitente asuntos y misterios de gatos, no abrimos todos los correos nuevamente gracias.