Mis primos. Los «dos» de Santander

Newton, gato intelectual

Gris, experto en acorralar a los que tienen miedo a los gatos, (no importa su tamaño).

No tengo el gusto de conocerlos en persona, sólo virtualmente y de oídas, pero su fama ha traspasado la meseta.

Viven en Santander, ciudad al lado del mar. Yo no conozco el mar y creo que mis primos tampoco, porque viven en el lado opuesto y a la playa no van mucho. Bueno, eso es normal a los gatos no nos gusta el agua y menos si está salada.

Si existe un paraíso gatuno, ese debe de estar en casa de Peranchi, la mamá-gata de mis primos. Yo no me puedo quejar, aquí donde estoy vivo muy bien, pero reconozco que unas vacaciones en Santander con mis primos no me vendrían mal.

El desayuno lo tienen asegurado porque Peranchi se levanta todos los días para darles jamón del rico, rico, no cualquier cosa.

Son los dueños de la casa y campan por todos lados a sus anchas.

El Gran Gato dice que son dos viejos gordos y gruñones. Gruñones no creo, lo otro… mejor no me defino.

Newton es el más afable y tranquilo. Su oronda panza colgante bambolea de un lado a otro al ritmo de sus pasos. No parece que nada ni nadie lo pueda alterar. Bueno, si existen esos seres… Dos pequeños gatos de dos patas que con su sola presencia le hacen huir despavorido.

Newton, gato intelectual

Gris, experto en acorralar a los que tienen miedo a los gatos, (no importa su tamaño).

No tengo el gusto de conocerlos en persona, sólo virtualmente y de oídas, pero su fama ha traspasado la meseta.

Viven en Santander, ciudad al lado del mar. Yo no conozco el mar y creo que mis primos tampoco, porque viven en el lado opuesto y a la playa no van mucho. Bueno, eso es normal a los gatos no nos gusta el agua y menos si está salada.

Si existe un paraíso gatuno, ese debe de estar en casa de Peranchi, la mamá-gata de mis primos. Yo no me puedo quejar, aquí donde estoy vivo muy bien, pero reconozco que unas vacaciones en Santander con mis primos no me vendrían mal.

El desayuno lo tienen asegurado porque Peranchi se levanta todos los días para darles jamón del rico, rico, no cualquier cosa.

Son los dueños de la casa y campan por todos lados a sus anchas.

El Gran Gato dice que son dos viejos gordos y gruñones. Gruñones no creo, lo otro… mejor no me defino.

Newton es el más afable y tranquilo. Su oronda panza colgante bambolea de un lado a otro al ritmo de sus pasos. No parece que nada ni nadie lo pueda alterar. Bueno, si existen esos seres… Dos pequeños gatos de dos patas que con su sola presencia le hacen huir despavorido.

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