Copito, un gato necesitado de muchos mimos

Copito, un gato que necesita muchos mimos

Copito, un gato que necesita muchos mimos

Desde que está con nosotros el «gatito gordito» he notado ciertas carencias en la rápida dispensación de mis mimos y carantoñas.

No hace mucho, en cuanto tenía alguna necesidad esta era rapidamente atendida.

Pero desde que ha venido a vivir con nosotros el «gatito gordito» necesito más de un maullido para ser atendido rápidamente.

Antes si quería que me taparan con mi mantita, un sólo maullido y el «gato gordo» corría raudo a arroparme. Si el agua de mi cuenco no me parecía lo suficientemente clara, un sólo maullido y ya estaba «mi gata» cambiándomela. Si mi pienso se había acabado, pues de nuevo un maullidito y una leve espera al lado del cuenco y ya estaba relleno.

Pero ahora la cosa ha cambiado… No me falta nada de nada pero es que ahora necesito más de dos maullidos para ser atendido como yo me merezco.

Y es que los «gatos gordos» están muy liados con el «gatito gordito«… Un sólo grito suyo y es atendido al instante.

No es que a mi me parezca mal, pero es que yo no estoy acostumbrado a esperar.

7 Responses to “Copito, un gato necesitado de muchos mimos”

  1. AntuanF1 dice:

    Es que no hay derecho. Tiene toda la razón creo que debería hablar con el sindicato gatuno.

  2. Anita dice:

    No hay derecho Copis! Exige el mismo trato que al gordito o págales con la moneda de la indiferencia!!!! Muahahahahahahá!

  3. lunazeus dice:

    Pero a partir de ahora tendrás que aprender a esperar… de todas formas vemos a tu papi o gato gordo dandote muchos mimos en la foto y tú con una cara…. prrrr.

    Ronroneos

  4. Ambulancio de Barakaldo dice:

    Ay Copi, Copi…

    Si ya te lo dije yo! No se trata de dar un maullidito de vez en cuando para que te hagan caso. Hay que MAULLAR, en MAYÚSCULAS!!

    Por algo me llaman Ambulancio. Cuando yo quiero algo se entera hasta el vecino del quinto, y eso que vivimos en un primero…

    Voy a tener que darte un cursillo virtual de maullidos en condiciones. Y eso que en el pisito de Barakaldo cada gato tiene su táctica para conseguir lo que quiere:
    -Wendy: Rascar la puerta. Cuando el dormitorio de los grandotes está cerrado (siempre dicen que no les dejamos dormir tranquilos, y les entiendo conociendo a mis compañeras felinas de piso…) empieza a rascar la puerta. Y siempre le acaban abriendo la puerta!
    -Muxu: El peloteo constante. Todo el día encima de los grandotes. Cuando estuvo un tiempo solo el grandote, encima de él. Y desde que volvió la grandota a casa, alterna el peloteo: siempre que puede, encima de ella, y cuando ya la echa por pesada, donde el grandote. Actitud vergonzosa para la estirpe felina.
    -Ambu (servidor): Yo simplemente pido las cosas, y me las dan. Es cuestión de decibelios. No me voy a rebajar a rascar la puerta ni a a hacer la pelota.
    -El cuarto (Mo, alias «Mourinho»): De este os hablará pronto Wendy. Es un felino un poco extraño pero me cae muy muy bien, y jugamos mucho juntos.

    Copi, yo soy el pionero de Los Indignados. No sé donde está Sol, pero yo me indigno cuando no me hacen caso, y en vez de ponerme por ahí en una tienda de campaña MAUUUUUUUULLO!!

    AMBU, «EL DECIBELIOS»