
Llega el insolente verano. Nuestro pelaje invernal y pesado, muda al ligero modelo estival.
Esas duras y fornidas pelambreras, que ahora abandonamos a su suerte por los muebles de nuestro territorio, ocultaban nuestras "chichas", rollitos y grasas acumuladas para el duro y crudo invierno de la península.
Pero, la moda estival pisa fuerte. Esas carnes bamboleantes no tienen cabida en el lucimiento de las noches de verano.

¡Operación Bikini! ¡Hay que reducir esa tripilla como sea!
Se acabaron las latitas gourmet de pollo, carne y atún con olivas. Se acabó llorar al borde del cuenco de los gatos gordos por un resto de aceituna descarriada.

"No pain, no gain!"
El verano es tiempo de lucirse en la ventana; habrá que hacer algún que otro sacrificio.
Tampoco es que haya mucha diferencia entre mi sabroso pienso de tres carnes, y esta deliciosa lechuga rica en antioxidantes y baja en calorías.
¡Todo sea por seguir siendo la admiración de mis vecinos!
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