Copito, El Gato con Botas

"Mi gata" me ha contado que hoy es el Día Internacional de los Derechos de los Animales.

 Me ha dicho "Copi, lo han puesto en la televisión". Famosas que prefieren ir desnudas antes que vestidas con pieles, activistas encerrados en jaulas y colectivos antitaurinos…

A mi que tanto me asustan los extraños, los ruidos y los objetos voluminosos, este tema me preocupa mucho. 

Me preocupa que sea una noticia exótica en un telediario sin contenidos a destacar. Me preocupa que sea una anécdota entre las luces navideñas y la compra compulsiva de regalos…

El 10 de diciembre de 1948 fue aprobada la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 50 años después, en 1998, esta efeméride marcaba la instauración del Día Internacional por los Derechos Animales- International Animal Rights Day.[DIDA-IDAR]. 

Si quieres conocer los derechos de los animales aquí los tienes.

Todo estos derechos son tan obvios que sorprende la facilidad con que se incumplen. Y más sorprende que sean las amenazas de las autoridades, con penas de cárcel o multas por el abandono, las que intenten propiciar una "humanidad" más respetuosa con aquellos seres con los que comparten espacio.

Desde este pequeño territorio virtual, mío y de todos aquellos que disfrutáis con mis aventuras, aporto mi pequeño grano de arena por defender nuestros derechos. 

Por favor, si este año por Navidad has decidido incorporar un animal a tu familia, NO  lo compres… Hay muchos animales esperando que los adopten y tener un hogar. No colabores con el comercio de animales. 

Un animal no es un juguete. Es un ser vivo. 

"Todos los animales nacen iguales ante la
                       vida y tienen los mismos derechos a la existencia.

Todo animal tiene derecho a ser respetado."

(Artículos 1º y 2º de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL ANIMAL) 

Porque cuando un gato está molesto siente en su interior múltiples sensaciones, a cual más inquietante, y que hacen que su anatomía cambie por completo, lo cual no deja de ser un tanto incómodo y estresante para el gato.

Y es que una de las transformaciones más curiosas que sufrimos los felinos en estos casos, es un ansia inconmensurable por la limpieza del territorio.

Si no es por esta razón, no encuentro otro motivo que pueda explicar la increible transformación "rabo-plumero" que sufre el gato en estas ocasiones irritantes.

Y que vaya acompañada de unas imprevisibles carreras a diestro y siniestro, que no tienen término hasta que nuestro elevado sentido de la limpieza queda satisfecho y, por consiguiente, no queda ni un gramo de polvo que haya limpiado nuestro gordo "rabo-plumero".

Hacía tiempo que no sabía de los gatos vampíricos de Getafe.  Y mira tú por dónde que hoy me dicen "¿quieres ver como bosteza Luna?".

Yo, inocentemente pienso en un dulce bostezar. Porque cuando yo lo hago siempre me sale una bostezo-sonrisa.

Pero si tu alma es de gato-vampiro,  todos tus actos lo muestran, no se puede ocultar tu verdadera identidad.

¡Sí amigos!

Creo que he descubierto mi verdadera vocación. Y no es, lo que todo el mundo cree que un gato quiere ser de mayor, ya sea cazar ratones y pájaros, o sestear todo el día.

¡No amigos! ¡Copito quiere ser  blogger! ¡Copito quiere ser "gatowebmaster"!

Aprovechando que el primer Congreso de Webmasters ha sido en Madrid, y que yo soy gato culto al que le gusta estar al día porque el saber no ocupa lugar, decidí sacrificar mis siestas sagradas de fin del semana y mover mi lindo rabito negro por el congreso a ver que se cocía.

Y hete aquí que yo pensaba encontrarme muchos gatos y muchos perros, tan lleno está esto del internet de ellos. Pero no me ha parecido ver a ningún cuadrupedo más por allí, o si lo había, estaba muy bien disfrazado.

Total, que de todo se aprende… y aunque mis prioridades siguen pasando primero por descubrir el mecanismo del "dispensador" de agua, he de decir que la figura del "gatowebmaster" me gusta.

Supongo que habréis notado un hueco insustituible en internet, ya que desde hace unos días no he podido contaros mis divertidas aventuras.

Y es que mis deberes de gato honorable me han retenido. Los "gatos gordos" han estado enfermos. Un terrible virus ha invadido nuestro territorio y ha decido campar a sus anchas por sus "no-peludos" cuerpos.

El único superviviente de esta selva de mocos y toses, obviamente, he sido yo. Y es que de todos es conocido que los gatos tenemos 7 vidas y 7 inmunidades frente a la gripe.

Pero claro, alguien ha tenido que tomar la responsabilidad de cuidar a estos dos. Si ya de por si parecen desamparados sin pelaje protector que los proteja del crudo invierno, griposos dan una imagen lamentable.

Y así de atareado me he pasado los días. Paracetamol por aquí, termómetro para allá; que si pastillas para la tos, que si caldo calentito acullá.

¡Todo tiene un límite! ¡Esto ya es demasiado para un gato!

Así que he decidido que se acabó; yo no estoy enfermo, pero me canso. ¿Cuántas horas de sus obligatorias siestas puede perder un gato? Yo ya creo que he perdido demasiadas.

Así que le doy la espalda al virus de la gripe. Por mi parte, y la de la humanidad gatuna, que se desarrolle por doquier de los territorios que quiera, que el gato con botas se baja en la próxima.